domingo, 28 de diciembre de 2008

Entre profetas y pinchos de cordero. Samarkanda, Bukhara.

Bien, voy a comenzar con esa labor de desintoxicación que me he propuesto invitando a todo el que vaya a Uzbekistan a NO IR bajo ningún concepto (salvo que os muevan razones de fé) a la tumba del profeta Daniel en Samarkanda. Una buena caminata de un par de kilometros desde el SHAH i ZINDA a pleno sol para encontrar una triste "ermita" en la que las 5 cúpulas que nos reseñan las guias resultan ser unas tristes e insignificantes bóvedas de escayola bajo las que se encuentra el sarcófago de 18 m, largo si, pero tan decorado como el banco de un parque. Nada mas encontrarás por allí, salvo gentes rezando.



Hay como un pulso sin sentido entre la gente que tiene que llenar páginas para vender libros, y los viajeros a los que nos gusta no perdernos nada cuando visitamos un lugar. Pero el límite de la cordura debería imperar, y cuando alguien, en un libro, haga una reseña de un lugar como este por favor, que indique que está muy lejos, y que artísticamente no vale nada.









Y ahora COMER EN BUKHARA.



Efectivamente todos somos un poco masoquistas en cuanto nos ponemos la mochila. Pero amigos, la gastronomía Uzbeka no es precisamente una de las razones principales de vuestro viaje. De modo que cuando llegueis a Bukhara, sobre todo en verano, con sus 45 grados de los de verdad, y vuestros gaznates trasiegen litros y litros de agua sin inmutarse, os podeis librar de otra de esas trampas tan eternas como los muros que os rodean. En todas y cada una de las guias que te acompañen, de papel o humanas, encontraras indicaciones concisas para que vayas a comer a la plaza de Lyabi Hauz con sus pintorescasa terrazas que bordean el estanque. Vale, ahora sitúate...45 grados, un estanque de agua marron-verdosa, y unas terrazas en las que no encontrarás nada parecido a una "carta"...mas bien te tendrás que conformar con una ensalada elegida a base de ver a los camareros pasar con bandejas y apuntar con el dedo hacia la que mas te guste, y un otra-vez-mas pincho de carne que lo mismo te toca pechuga que uña, no se si me explico. Supongo que alguno estaréis pensando a estas alturas que os voy a proponer que busqueis un Mc Donalds, pero no, no voy por ahí...a mi también me gusta el sabor de lo auténtico, así es que despues de cenar te vas a esa terracita y te tomas un té contemplando a los zagales chapoteando en el estanque y haciendo cábalas sobre cuanto tiempo te mantendrías vivo tu en esas aguas. Mi recomendación se encuentra a tan solo 500 metros poco mas o menos en linea recta desde la plaza, siguiendo por "Bakhautdin Naqshband" que es la calle grande que sale por detras de la "Madrassa", y es un restaurante con un nombre de lo mas normal:"Bella italia". ¿ Y porqué allí?...enumero las razones: Un aire acondicionado majestuoso, una carta extensa en ingles que incluye pasta, comida uzbeka y muchas cosas mas, unos precios sorprendentemente mas baratos que en los chiringuitos, una proporcion nativos/turistas de 80/20, un servicio excepcional...¿de verdad necesitas mas?.

Pues mira, aprovechas el desplazamiento, y a mitad de camino te metes a la izquierda y casi seguro que te topas con el "Char minar" (los cuatro minaretes en tayiko), que bien merece una foto aunque no sea lo mas antiguo ni lo mas sagrado...de hecho dentro hay un mini bazar.

A veces es dificil evitar el influjo de lo exótico. Ahora ya sabes como, por lo menos un poco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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