jueves, 1 de enero de 2009

Extraterrestres camuflados. el "Vappu". Helsinki.


Llegué a Helsinki en ferry desde Tallín. Un viaje corto y agradable por el báltico. Al aproximarme al puerto me sorprendió a lo lejos algo que no terminaba de comprender: una especie de península llena de arboles donde parecían agolparse miles de personas. Como era 1 de mayo pensé que podría haber alguna celebración, concierto, fiesta sindical o similar que valdría la pena visitar. De modo que tras arribar, me dirigí a un albergue cercano al propio puerto, y una vez acomodado en una espartana habitación pregunté acerca del evento que se desarrollaba en aquel boscoso apéndice.
El personal del albergue no parecía muy entusiasmado con aquello, y me aclararon que se trataba simplemente del “Vappu”, una especie de fiesta de la primavera que consistía en que todos los universitarios se vestían con monos de trabajo de colorines (dependiendo de su facultad), y bebían hasta quedar inconscientes en un gran parque. Sin concierto, y sin mas excusas.
Podría ser interesante echar un vistazo por allí, así es que tras una primera inspección de la zona me dirigí al parque “Kaivopuisto” que era el lugar en el que se reunían los jovenzuelos de los monos. De camino me quedé impresionado con las mareas humanas que disfrazadas con horribles monos iban y venían por la ciudad. Monos azules, rojos, violetas, rosas,…llenos de parches con publicidad (con la que parece ser que se costean parte del catering), y con referencias a su experiencia en anteriores ediciones. Y muchos de ellos con unas gorras blancas de marinerito que me desconcertaron.
En una parada para comer algo comprobé que también mucha gente mayor llevaba esas gorras, de modo que aproveché para preguntar a una amable señora que me explicó que era la gorra que les dan a todos y cada uno de los que se licencian en la universidad. De modo que allí todo cristo iba luciendo su gorrita mientras trasegaba litros de cerveza con claras muestras de felicidad.
La jarra de cerveza a 6 euros de hace 3 o 4 años era un precio mucho mas coercitivo que cualquier campaña de la DGT de modo que opté por la vieja solución de buscar un supermercado. No éra el único…según me acercaba al parque, pude ver colas enormes de chavales en evidente estado etílico esperando su turno para acercarse al coma lo antes posible.
Ya en el parque la visión era una mezcla aberrante. El macrobotellón finés en estado puro: por un lado miles de extraños seres beodos cayendose por el cesped, por otro un halo de urbanidad desconcertante que llevaba a la gente a llevar sus propias papeleras portátiles…muñecos hinchables de 1 metro de altura que entre sus manos tenían un espacio para acoplar una bolsa de basura. Que gente.
La verdad es que no me veía capacitado para integrarme en esa bacanal en la que todos me llevaban muchas horas de ventaja, así es que me distraje viendo a algunos que bailaban torpemente con continuas caídas al suelo, y me volví paseando hacia el puerto por las orillas del báltico.
De vez en cuando me encontré con grupos incontrolados de chavales muy jóvenes echando carreras con carros de supermercado. Algunos incluso rompieron botellas y estamparon el carro contra un escaparate de un local vacío. Menos mal, estuve a punto de pensar que los finlandeses eran extraterrestres camuflados.

3 comentarios:

borboletahip dijo...

Gracias. Seguramente seguiré el tuyo también por todas las cosas interesantes que cuentas.
Un abrazo ;)

azagra dijo...

coo,Moncho,un saludo! y feliz lo ke keda del año!

Ana Trigo dijo...

Enhorabuena por el blog, Moncho. Hay tantos lugares por descubrir, tanta gente por conocer, tantas cosas por aprender...Por cierto, qué recuerdos de David el gnomo ;)

Un saludo!